miércoles, 26 de noviembre de 2008

Minirelatos

Añoranzas inexistentes

Añorando algo que no se si existe
me encuentro en esta vida ingrávida.
Las realidades son sueños,pero
los sueños no son para nada realidades.
La hierba crece en el cielo, son nubes,
la luna está al alcance de las manos, -romanticismo-.
No existe la palabra utopía, es realidad,
y realmente las utopías dominan el mundo.
No existe el día para la paz, pues
la paz es día a día de los seres humanos.
Añorando algo que no se si existe,
me encuentro en esta vida ingrávida.
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Deseos

Los deseos nunca serán realidad.
Son simplemente eso, deseos.

martes, 25 de noviembre de 2008

Sueños

Sueños

¿Qué es nuestra vida?
Somos el sueño de dioses psicópatas.
Si te das cuenta, sólo comos conscientes de lo que percibimos. Sólo somos dueños de una pequeña parte del tiempo, tiempo que es el que tienen los dioses de sueño.
Si un dios muere, nosotros morimos.
Nosotros somos dioses. Creamos vidas paralelas en nuestros sueños.
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No me gustan los sueños.
Les he perdido el poco respeto que los guardaba.
Son frágiles, a veces dóciles, transparentes y de vez en cuando ingrávidos.
Nos dan falsas esperanzas. Es el caramelo que te arrebata la realidad de la boca al despertar.
Son el horizonte que nunca alcanzaremos.
Los malos terminan siendo aterradores.
Sean buenos o malos, siguen siendo irreales.
Son vidas paralelas de las que nunca podremos disfrutar.
Ojalá nunca se cumplan...

viernes, 21 de noviembre de 2008

New World

Bienvenidos al mundo del silencio,
al mundo del reposo y del pensamiento,
al mundo de la desilusión y del azar.

Nuestro mundo no se rige por el amor.
Aquí todo lo que existe es gris y está deteriorado.
Aquí la vida es similar a la no existencia.

Hay letras en las paredes, y sueños en las lámparas.
Hay esperanza en los baños y sueños en las camas.
No hay religiones. No hay fe. Cada uno es su dios.

Bienvenidos al mundo real.

martes, 18 de noviembre de 2008

Microtextos

Otoño

Es el otoño.Son las hojas caídas de una planta que intenté sembrar. Por mucho que la riegue, se que sus tallos no van a florecer, y sé también que las hojas que tiene caerán.
Lo sé, y aún así lo intento.

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Citizen:

Entre sonidos metálicos y contaminación vive Bob. Entre corazones rotos y desesperanza vive Bob. Entre monstruos, también lo hace.
Bob es un psicópata urbano.

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¡Mira el mar!

Me gusta comerle los ojos a los peces, es como si viese el mar.

jueves, 13 de noviembre de 2008

Pidemelo

Cuando tu me pides volar,
yo despliego mis alas sin más,
sobre este mar de luces de neón,
de estrellas fugaces de todos los colores.

Cuando tu me pides soñar,
yo acuno tus sueños sin más,
haré de atrapasueños eternamente,
velaré para que tus sueños sean dulces.

Cuando tu me pides amor,
yo vuelo sobre las estrellas, y tu foto,
tu recuerdo es mi atrapasueños.

jueves, 6 de noviembre de 2008

Con la oreja en la pared

Capítulo 1

Esta es la historia de un chico, el cual siempre pensaba antes de actuar, y siempre actuaba demasiado tarde. Su vida siempre había sido monótonamente aburrida, siempre cerrado en si mismo delante de una pantalla de ordenador. Su paciencia, así como su cobardía alcanzaban cotas surrealistas para cualquier otro humano. Siempre se reían de él por sus defectos físicos y por su mala vida: ‘jajaja’ se reían los niños mientras lo señalaban y gritaban: ‘se te quedarán los ojos tan grandes como a los peces jajaja y tan rojos como tomates, vivirás como un gusano escondido entre mariposas que nunca podrá crear un capullo para mejorar su vida, jajaja’. El chico, triste, siempre volvía deprimido a casa mientras pensaba ‘debería haberles dicho esto, debería haberles dicho aquello’ pero nunca lo decía a tiempo, las palabras llegaban a él demasiado tarde y el momento de decirlas había pasado. Con la carga de sus pensamientos y los gritos en su cabeza día a día se iba a dormir deseando no despertar al día siguiente. Pero eso no ocurría, su vida seguía adelante empujada por un cruel destino que le impedía integrarse en un mundo de serpientes.
Pasó el tiempo y el chico creció sumido en una profunda tristeza mental, y más que eso, de corazón. Debido a las burlas la relación con las personas de su entorno había sido inexistente, canalizando todo su dolor en destripar ordenadores y entrar en su mundo. Poco a poco comenzó a hackear pequeñas terminales, y no pudo pasar de ahí, el destino le había augurado una sorpresa.

sábado, 1 de noviembre de 2008

Será mejor que los cuervos te arranqen los ojos...

Con movimientos autómatas se movía Bob, un solitario ciego de dulces fracciones y blancos ojos, cuando tropezó con un objeto metálico de pequeñas dimensiones que su bastón se había pasado por alto en su recorrido horizontal, barriendo el suelo.
Cuando esto paso sintió un extraño poder en el ambiente. Se sintió inseguro y empezó a tiritar.
Una tenue voz, burlona le habló a susurros. Le costó entenderla.
"¿Cuál es tu deseo?"
Sin pensarlo el dijo que ver. El deseaba ver lo que había en el mundo. Deseaba verse en el espejo y por fin conocer como era debido el mundo que lo rodeaba.
El extraño ser rió.
Rió con fuerzas.
Y al instante aparecieron unas rojas, y pequeñas, y siniestras pupilas en los ojos de Bob.
Cuando logró ver, Bob gritó.
Lo que había enfrente a él era un demonio.
"Amigo, has conseguido lo que querías, ver, pero yo he añadido un aliciente, para que todo esto sea más divertido.
Te he dado los ojos del mal.
A partir de ahora verás a los humanos tal como son realmente." - Y dicho esto desapareció.
La cabeza le estallaba. Veía sangre por todos lados, y su mundo, el cual había imaginado colorido y caluroso, resultó ser oscuro, y siniestro.
Allá donde quisiera que mirase sólo veía monstruos.
Unos eran minúsculos y tenían largos dientes. Se peleaban entre ellos con navajas, y como recompensa de su victoria, se comían el cuerpo putrefacto de su adversario. Vestían de corbata y en su mirada se veía el sufrimiento como algo normal.
Otros en cambio eran grandes. Se dedicaban a aplastar a todo lo que se encontrase por su camino, y a devorar las entrañas de jóvenes crías de otras razas.
Había quienes arrastraban los cuerpos de sus semejantes en señal de victoria, dibujando amplias sonrisas, y quienes mataban por placer, abandonando el cuerpo del ser una vez que no respiraba, buscando una nueva presa.
No podía ser.
¿Cómo podía haber vivido tantos años en un mundo así, en un mundo donde se reprime al inferior, en un mundo donde los iguales se mataban, donde el asesinato era un deporte?
No era cierto.
Él tenía que ser diferente.
Corrió a su casa.
Cuando llegó a su edificio subió las escaleras de tres en tres y fue corriendo al baño a mirarse en el espejo.
Tres segundos, sólo tres y se arrancó los ojos.
No podía ser, él era el peor monstruo de todos.
De sus cuencas oculares salieron gusanos que le iban devorando pequeños trozos de piel de la cara.
Dolor, mucho dolor.
Se lanzó contra el espejo, que se partió en minúsculos cachos que le rajaron el cuerpo entero.
Tras 10 minutos de sufrimiento y de retorcerse por el frío suelo de baldosa de su baño murió.

Estaba escapando del infierno