martes, 20 de enero de 2009

Diario de un tímido

Escondido bajo las cálidas mantas de mi cama, mi templo, despierto de nuevo en un día sumido en una monotonía absoluta, cárcel creada por mí mismo.
¿Quién dijo que un pajarillo no puede estar conforme en una jaula?
Mis alas las corté un buen día, sin saber por qué, pero con la seguridad de que en mi soledad encontraré cobijo, seguridad, tranquilidad...
Hay veces en las que intento abrir la jaula, en las que me armo de un mínimo valor, y reparo mis alas e intento ver ese basto cielo azul de la libertad.
Hay veces en las que intento volar libremente. En las que simplemente deseo volar, aunque para ello tenga que esquivar a las águilas que intenten robar mi sueño...
Hay veces en las que deseo soñar de nuevo..., pero eso es imposible, porque al rato me vuelvo a romper mis alas..., y con ello me vuelvo a maldecir.
Ojala algún día un buen pájaro cante cerca de mi jaula, ojala me ayude a dar el gran salto, ojala tenga alguien con quien poder volar lejos, lejos de esta jaula que me ve morir.

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