lunes, 18 de mayo de 2009

Resulta que al final... todo era una máscara

Justo cuando creía que todo iba bien, decidí mirar al pasado. Rememorando viejos recuerdos me dí cuenta que desde que era niño siempre llevaba una máscara.
Una máscara con la que poder mirar al prójimo, una máscara con la que poder identificarme con los demás.
Una máscara de vivos colores, con una gran sonrisa en la boca.
Simplemente una máscara.

Justo cuando creía que todo iba a ir bien, me quité la máscara.
Y en su lugar, en su lugar descubrí vapor, sangre seca y dos grandes cuencas, oxidadas, vacías e inertes.

En mi mirada descubrí que aunque siempre primaba una sonrisa en mi cara, ésta siempre estaba vacía.

En mi mirada descubrí que al final... todo era una máscara.

No hay comentarios: