Más sólo que nunca
Más sólo que nunca.
Sin cielo al que mirar, ni tierra que pisar.
Más sólo que nunca.
Más sólo que nunca…
Abro los ojos y no veo nada. Sólo hay oscuridad.
No hay nadie ni nada alrededor.
Hasta el aire me ha abandonado.
Mis pies no se apoyan sobre nada, y mis brazos no alcanzan a tocar algo.
No siento mi cuerpo.
¿Es esto lo que quería?, ¿o más bien es un castigo por tan ansiado deseo?
Más sólo que nunca.
Sin cielo al que mirar, ni tierra que pisar.
Más sólo que nunca.
Hubo un tiempo en el que soñé.
Soñé con tantas ganas que perdí la consciencia y entré en un estado de coma profundo.
Cualquier aspiración podía cumplirse.
Pero todo era un sueño.
Y la realidad estaba ahí. Burlona y sonriente.
Me esperaba.
Me esperaba con una de sus mejores cartas.
El sufrimiento y el dolor.
Nunca tuve un peor despertar que aquél.
Pensamientos inconexos.
Sentimientos…
… inconexos también.
No quiero nada.
Y por no querer…
… no quiero ni lo imprescindible.
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