lunes, 2 de febrero de 2009

El bosque de cipreses

La penumbra se había cernido sobre ellos mientras volvían a casa a través del camino del bosque. Era un camino pedregoso cubierto por cipreses y matojos de maleza aquí y allá. A través de sus hojas llegaban a sus oídos los lamentos de los árboles mientras avispados cuervos cazaban los gusanos que incautos se asomaban. El terror se fue apoderando de ellos y comenzaron a acelerar el paso. La luna estaba oculta, el viento y el frío rasgaban la piel con su roce y sus ojos ya no les eran de utilidad. Un sonido hueco se acercaba por su espalda mientras un cruel escalofrío les recorría la espada. Aceleraron el paso y ella tropezó, quiso gritar pero una estaca atravesó su corazón antes de poder hacerlo. Él siguió corriendo, cegado por su propia respiración y su temor, sin haber oído nada de lo sucedido. Ya había olvidado la razón por la que corría, cuando se quiso dar cuenta estaba en un claro. Sus zapatillas estaban desgastadas y él cubierto de sudor, un asfixiante sudor que se tornó frío al darse cuenta de que estaba solo. Con su vida y su valor en los puños regresó al interior del bosque a buscar a su amada. El temor seguía dentro de él, apretándole el corazón a cada paso que daba. Ya no escuchaba su respiración y el sonido del bosque se hizo más latente en él. Su corazón se aceleró. A duras penas podía continuar, cada pequeño sonido atravesaba su cerebro y lo llenaba de malignas elucubraciones. Al poco rato lo único que le preocupaba era su propio pellejo, pero ya era tarde. El bosque se cerró sobre él y su piel y sangre forró los cuerpos de los vetustos árboles del bosque de cipreses.

1 comentario:

grossi269 dijo...

cómo para ser verde ahora...xD