Voy caminando por la calle y mientras me fumo mi pipa, gotas de sangre caen por la calle.
Es la lluvia que la vida prepara para quienes nunca llegaron a comprender que el éxito o fracaso de su existencia no depende ni de Dioses ni del azar, sino del sudor de sus frentes y de su amor propio.
Es la sangre de la justicia, injustamente elegida.
Es la sangre de quienes amaron y lo dejaron de hacer al conocer el peligro que ello. conlleva. Y la sangre de quienes nunca lo hicieron.
Es la sangre de mi conciencia, que muere lentamente, en pos de una vida ruin. Una vida regida por normas sociales. Una vida regida por el bien común, pero sin el otro.
Es la muerte que nos consume, porque desde que hemos nacido, hemos dejado de vivir.
Es nuestra naturaleza.
Es la lluvia que la vida prepara para quienes nunca llegaron a comprender que el éxito o fracaso de su existencia no depende ni de Dioses ni del azar, sino del sudor de sus frentes y de su amor propio.
Es la sangre de la justicia, injustamente elegida.
Es la sangre de quienes amaron y lo dejaron de hacer al conocer el peligro que ello. conlleva. Y la sangre de quienes nunca lo hicieron.
Es la sangre de mi conciencia, que muere lentamente, en pos de una vida ruin. Una vida regida por normas sociales. Una vida regida por el bien común, pero sin el otro.
Es la muerte que nos consume, porque desde que hemos nacido, hemos dejado de vivir.
Es nuestra naturaleza.
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